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ToggleUn Paseo por la Historia del casco antiguo de Altea.
El primer lugar que debes visitar en Altea es su famoso casco antiguo, un laberinto de calles empedradas que serpentean colina arriba hasta llegar a la iglesia de la Virgen del Consuelo. Su cúpula azul, visible desde lejos, es el símbolo más icónico de la ciudad. El paseo por el casco antiguo no solo te llevará a la historia de la región, sino que también te permitirá disfrutar de una vista espectacular de la costa, con el Mediterráneo como telón de fondo.
Este barrio antiguo es conocido por su ambiente bohemio, donde se pueden encontrar galerías de arte, boutiques de artesanos y tiendas de cerámica, todas ellas con productos únicos hechos a mano por los artistas locales. La influencia artística ha convertido a Altea en un imán para creativos de toda Europa, lo que la ha ganado el sobrenombre de “la cuna del arte en la Costa Blanca”.
La Cultura Viva de Altea
Altea es mucho más que una ciudad bonita. A lo largo del año, alberga numerosos festivales culturales, que reflejan la esencia mediterránea que corre por sus venas. Uno de los más importantes es el Festival de Música de Altea, donde se dan cita artistas internacionales, ofreciendo desde conciertos clásicos hasta flamenco.
También destaca el Mercado de Artesanía, que se celebra cada verano en la plaza de la iglesia. En este mercado, tanto turistas como locales pueden adquirir obras de arte, joyería, y productos hechos a mano por los talentosos artesanos locales. Es un lugar ideal para empaparse del ambiente artístico que caracteriza a Altea.
Playas y Naturaleza: Altea Más Allá del Arte
Aunque su casco antiguo y su cultura artística sean el centro de atención, Altea también es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus playas de guijarros, como la Playa de la Roda o la más tranquila Playa de Cap Blanch, ofrecen aguas cristalinas y un ambiente relajado. Son perfectas para quienes prefieren evitar las multitudes de las grandes playas de arena.
Si eres aficionado al buceo, no puedes perderte la Isla de la Olla, un pequeño islote frente a la costa de Altea. Este rincón es perfecto para explorar la riqueza marina del Mediterráneo y disfrutar de un día de aventura en plena naturaleza.
La Sierra de Bernia: Aventura y Vistas Panorámicas
Si te interesa el senderismo, la Sierra de Bernia es una visita obligada. Esta cordillera, que se encuentra a poca distancia de Altea, ofrece rutas de senderismo que llevan a impresionantes miradores desde donde se puede contemplar toda la bahía de Altea y el Mediterráneo. En la cima, se encuentran las ruinas de un fuerte del siglo XVI, un punto histórico que merece la pena visitar por su valor cultural y las increíbles vistas que ofrece.
Gastronomía Mediterránea: Sabores que Cautivan
Altea también es un destino gastronómico de primer nivel. Los restaurantes locales, ubicados tanto en el casco antiguo como en el paseo marítimo, ofrecen una gran variedad de platos mediterráneos con productos frescos de la zona. Los arroces, especialmente el arròs a banda y la paella de mariscos, son platos típicos que no te puedes perder.
Uno de los lugares más recomendados es el paseo marítimo de Altea, donde, frente al mar, se alinean restaurantes que sirven mariscos frescos y platos tradicionales, todos acompañados por una copa de vino blanco de la región.
Altea y Albir: Una Conexión Natural
La cercanía entre Altea y Albir permite disfrutar de ambos lugares de manera complementaria. Tras relajarte en las playas de Albir y disfrutar de su ambiente tranquilo, puedes continuar tu viaje cultural hacia Altea. El trayecto entre ambos destinos es corto y está lleno de paisajes costeros impresionantes. Muchos turistas optan por alquilar bicicletas para recorrer la vía verde que conecta ambas localidades, disfrutando de la brisa marina y de las vistas panorámicas que ofrece la ruta.
Secretos de Altea por Descubrir
A pesar de que Altea es un destino popular, todavía guarda algunos secretos para los viajeros más curiosos. Uno de ellos es el Banys de la Reina, una serie de piscinas naturales de origen romano que se encuentran escondidas en la costa rocosa. Se dice que eran utilizadas por la realeza para sus baños privados, y hoy en día son un lugar perfecto para una escapada tranquila y un baño refrescante.
Otro rincón poco conocido es el Museo Navarro Ramón, una galería de arte dedicada a uno de los pintores más importantes de la región. Aquí puedes conocer más sobre la rica historia artística de Altea y descubrir obras que reflejan el paisaje y la vida mediterránea.
Más Allá del Casco Antiguo: Explorando Altea a Fondo
Una de las joyas menos conocidas de Altea es la Fundación Eberhard Schlotter, un espacio que alberga la obra de este pintor alemán afincado en la localidad. El museo no solo destaca por su colección permanente, sino también por las exposiciones temporales que presentan una amplia gama de estilos artísticos. Altea, siendo un enclave cultural, acoge también la Casa de Cultura, donde se celebran conciertos, exposiciones y talleres.
Otro punto fascinante es la Torre de la Galera, una torre vigía del siglo XVII, que ofrece una perspectiva histórica de la importancia de la vigilancia costera durante la época de los piratas berberiscos. Además de su valor histórico, esta torre es un lugar ideal para disfrutar de vistas impresionantes del litoral de Altea.
Playas Tranquilas: Rincones para Descansar
Altea no solo se caracteriza por su casco antiguo, sino también por playas menos concurridas que invitan a la tranquilidad. La Playa de la Olla es uno de esos rincones poco frecuentados por turistas. Con sus aguas cristalinas y su paisaje rocoso, esta playa es perfecta para quienes buscan escapar del bullicio.
Si te diriges un poco más al norte, encontrarás Mascarat, una pequeña cala que a menudo pasa desapercibida. Es ideal para el buceo o simplemente para relajarse en un entorno más íntimo. Su acceso más complicado la mantiene libre de multitudes, lo que la convierte en un refugio perfecto.
Altea la Vieja: Un Viaje al Pasado
Otro rincón que suele quedar en la sombra del casco antiguo es Altea la Vella, un pequeño núcleo que conserva el espíritu rural y la autenticidad de la Altea original. Este lugar se encuentra a los pies de la Sierra de Bernia y ofrece un ambiente más relajado, alejado del bullicio turístico. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de una gastronomía más casera y auténtica en sus pequeños bares y restaurantes.
Altea la Vella es también un excelente punto de partida para realizar rutas de senderismo hacia la sierra, donde se encuentran antiguas ruinas y cuevas que cuentan con siglos de historia. La Ruta del Forat de Bernia, en particular, es conocida por ofrecer uno de los miradores más espectaculares de la región.
Altea: La Experiencia Completa
Visitar Altea es sumergirse en un ambiente cultural y natural único. Desde su casco antiguo repleto de arte y cultura, hasta sus playas escondidas y montañas que ofrecen aventuras inolvidables, este rincón de la Costa Blanca es un lugar que siempre tiene algo nuevo por descubrir. Si comienzas tu viaje en Albir, Altea se convierte en el siguiente paso lógico para quienes buscan una experiencia más profunda y rica en tradiciones mediterráneas.
Conclusión: Albir y Altea, Dos Destinos, Una Experiencia Única
Visitar Albir y no aventurarse a conocer Altea es perder la oportunidad de descubrir uno de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca. Altea, con su encanto artístico, sus playas escondidas y su entorno natural, complementa perfectamente la serenidad de Albir. La cercanía entre ambos destinos permite que los visitantes disfruten de lo mejor de ambos mundos: el descanso junto al mar en Albir y la exploración cultural y gastronómica en Altea.
Ambas localidades ofrecen un viaje que no solo cautiva por su belleza, sino también por la diversidad de experiencias que brindan.