
Vivir cerca del mar suena idílico, pero si tienes una casa antigua en El Albir, sabes que la humedad puede convertirse en un verdadero problema. Muchas viviendas construidas antes de los años 70 no están preparadas para soportar el clima húmedo y las sombras prolongadas que provoca la Serra Gelada. Nosotros pasamos por ahí. Rehabilitamos nuestra casa y aprendimos, paso a paso, cómo enfrentarnos a cada problema que la humedad trae consigo. En esta guía compartimos nuestra experiencia para que puedas hacer lo mismo.
Table of Contents
Toggle1. La humedad que sube por las paredes: capilaridad y drenajes ocultos
La capilaridad: el enemigo invisible que desespera
La humedad por capilaridad es una de las peores cosas que le puede pasar a una casa antigua en El Albir.
No avisa. No se ve venir. Y cuando aparece, lo hace poco a poco, subiendo por los muros como una plaga silenciosa. Muchos propietarios se vuelven locos intentando entender por qué sus paredes vuelven a mancharse una y otra vez, aunque hayan pintado hace solo unos meses.
Este tipo de humedad atraviesa ladrillos, enlucidos y hasta zócalos. Si no se trata correctamente desde la raíz, no se va.
Para entenderla mejor, imagina un terrón de azúcar tocando apenas la superficie de un café. No hace falta sumergirlo: el líquido sube solo, empapando el azúcar entero desde abajo. Eso mismo ocurre con los muros de una casa: el agua sube por capilaridad y se expande sin que lo notes, hasta que ya es demasiado tarde.
En nuestro caso, lo primero que detectamos fue la humedad que venía desde el suelo. Subía por los muros a través de los cimientos, formando manchas y desconchando la pintura. A esto se sumaban drenajes antiguos que ya no funcionaban y filtraciones invisibles desde casas vecinas con fugas que ni sabían que tenían.
Qué hicimos:
Rascado completo del enlucido afectado hasta dejar la pared desnuda.
Aplicamos mortero antihumedad desde el suelo hasta un metro de altura.
Sellamos la base con impermeabilizante de penetración profunda.
Añadimos una cámara de ventilación pasiva en zonas cerradas, como armarios o trasteros.
Consejo real: Antes de pintar, espera a que todo esté completamente seco. Puedes usar un deshumidificador durante varios días para acelerar el proceso.
¿Y si el problema persiste o es más grave?
En casos más complicados, o cuando la humedad por capilaridad está muy extendida, hay técnicas más modernas o soluciones de mayor impacto que pueden ayudarte:
Barreras químicas inyectadas en la base del muro: se perforan pequeños agujeros y se introduce un producto que bloquea el ascenso del agua.
Láminas impermeables horizontales instaladas entre la cimentación y los muros.
Revestimientos transpirables de silicato o cal natural, ideales para mantener las paredes secas sin sellarlas por completo.
Electroósmosis activa o pasiva, un método tecnológico que invierte el flujo de humedad dentro de los muros.
Estas soluciones requieren mano de obra especializada, pero son efectivas cuando las técnicas tradicionales ya no bastan. Todo dependerá del grado de afectación y del valor que tenga la vivienda para ti.
2. Casas sin base de hormigón: el suelo como punto de entrada
Muchas casas antiguas en El Albir ni siquiera están levantadas sobre una base de hormigón. Directamente se apoyan sobre el terreno natural, lo que favorece aún más la entrada de humedad desde el subsuelo.
Si vas a rehacer o añadir un nuevo suelo interior, usar un impermeabilizante líquido sobre la base antes de aplicar el recrecido o nivelación es una excelente idea. Este paso crea una barrera adicional que protege la vivienda desde abajo y evita que la humedad penetre con el tiempo.
Este tipo de solución es especialmente recomendable en zonas donde el suelo está en contacto directo con la tierra o donde ya se han detectado signos de humedad persistente.
3. Tejados antiguos que ya no cumplen su función
Otro problema frecuente en las casas antiguas de El Albir es el estado del tejado. Con el paso del tiempo, muchas tejas se vuelven porosas, perdiendo su capacidad de repeler el agua de la lluvia. Pero lo más grave es que antiguamente las tejas ni siquiera se pegaban con cemento: simplemente iban superpuestas.
Esto hace que, con una simple ráfaga de viento marino en diciembre, varias acaben volando o desplazadas, dejando al descubierto zonas vulnerables del techo. El agua entra por pequeñas fisuras y, poco a poco, se filtra a las vigas o al forjado.
Qué se puede hacer:
Sustituir las tejas por modelos nuevos, más ligeros y con anclaje mecánico.
Colocar una lámina impermeable bajo teja antes de cubrir el techo, como capa de protección adicional.
Revisar la inclinación del tejado y añadir cumbreras ventiladas si hay condensación interior.
Si se quiere conservar la estética tradicional, se pueden usar tejas nuevas con acabado rústico, pero pegadas con espuma o mortero para que no se muevan.
Consejo técnico: si ves que hay filtraciones pero no sabes por dónde entra el agua, moja el tejado por zonas con una manguera y observa el interior durante 10–15 minutos. A veces el problema está en un solo punto mal sellado.
¿Es recomendable cambiar todo el techo?
Si el tejado está muy dañado o las tejas ya no cumplen su función, lo mejor es cambiar el techo entero, siempre que sea económicamente posible. No es una tarea barata, pero los beneficios son claros:
Salud: Mejoras la calidad del aire al evitar humedades y moho.
Seguridad: Evitas el riesgo de caída de tejas, especialmente en zonas con vientos fuertes.
Valor del inmueble: Un techo nuevo y bien instalado aumentará el valor de la propiedad y la hará más atractiva para los compradores.
Aunque la inversión inicial es considerable, a largo plazo, tendrás un tejado más duradero y eficiente.
🔧 4. VENTANAS ANTIGUAS Y PUENTES TÉRMICOS: LA HUMEDAD ENTRA POR DONDE MENOS LO IMAGINAS
Las ventanas de madera sin doble acristalamiento o los marcos de aluminio antiguos suelen ser grandes culpables de la condensación en casas antiguas. No se trata solo de humedad exterior: la diferencia térmica entre el interior y el exterior genera gotas de agua que se acumulan en cristales, marcos e incluso en las paredes cercanas.
Lo que hicimos:
Sustituimos los marcos por PVC con rotura de puente térmico.
Elegimos vidrios dobles con cámara de aire y tratamiento bajo emisivo.
Instalamos burletes de goma en puertas y ventanas para mejorar el aislamiento.
Añadimos estores térmicos que ayudan a mantener estable la temperatura.
💡 Consejo práctico: En invierno, ventila al menos 10 minutos al día, aunque haga frío. El aire seco del exterior reduce la humedad acumulada en el interior.
🌬️ 5. FALTA DE VENTILACIÓN: UN ENEMIGO SILENCIOSO
Muchas viviendas antiguas de El Albir tienen rincones oscuros, armarios empotrados que dan a muros exteriores y trasteros sin ventanas. Ahí la humedad se instala sin darte cuenta.
Soluciones simples pero eficaces:
Rejillas de ventilación cruzada en armarios y habitaciones húmedas.
Extractores de aire en baños y cocinas conectados a temporizador.
Ventanas con microventilación para mantener el flujo de aire continuo sin perder eficiencia energética.
Renovación de aire con sistemas mecánicos en casos graves.
💡 Consejo realista: No uses productos que solo “tapan” el problema como pinturas plásticas o papeles decorativos. Tarde o temprano, la humedad saldrá de nuevo.
🧱 6. PAREDES QUE RESPIRAN: USA MATERIALES ADECUADOS
Cuando rehabilitamos nuestra casa, entendimos que no todo lo que parece resistente lo es. Algunos materiales modernos, como el yeso o las pinturas plásticas, atrapan la humedad en vez de dejar que la casa respire.
Materiales que recomendamos:
Revestimientos minerales como los de silicato, que son transpirables y resistentes.
Pinturas a la cal, que permiten el paso del vapor de agua y regulan la humedad.
Aislamientos naturales como la lana de roca o el corcho, que no se deterioran con la humedad.
💡 Ejemplo práctico: Si estás reformando, sustituye los tabiques de pladur por muros de ladrillo o termoarcilla y aplica enfoscado de cal.
✅ CONCLUSIÓN: NO SE TRATA SOLO DE REPARAR, SINO DE ENTENDER TU CASA
Cada casa en El Albir tiene su historia, sus materiales y su forma de reaccionar a la humedad. Por eso, no hay una solución universal. Lo importante es observar, detectar los puntos débiles y aplicar soluciones específicas y sostenibles.
Rehabilitar no es solo arreglar. Es respetar el alma de la casa mientras la haces más sana, segura y duradera.